Elegir un padrino

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Trabajar con un padrino puede incrementar su recuperación. Un padrino puede apoyarlo en su progreso y determinación con el fin de superar los desafíos, dependencias o conductas adictivas que enfrenta. En su camino hacia la recuperación no está solo. Los padrinos son personas que podrían estar “dispuest[a]s a […] consolar a los que necesitan de consuelo, y ser testigos” (Mosíah 18:9). Considere la posibilidad de trabajar con un padrino lo antes posible.

¿QUÉ ES UN PADRINO?

Un padrino es alguien que ha logrado recuperarse trabajando con los doce pasos. Es una persona que podría comprender los desafíos específicos relacionados con la recuperación, aun cuando quizás usted no esté al tanto de ellos. Un padrino está dispuesto a ayudarlo a poner su “vida en perspectiva y a evitar el exagerar o minimizar [su] responsabilidad” (Guía para la recuperación y curación de adicciones, pág. 29). No se espera que un padrino sea su mejor amigo ni un profesional de la salud mental. La función de un padrino es ayudarlo a completar los pasos de recuperación.

BUSCAR UN PADRINO

En el programa de la Iglesia para recuperarse de las adicciones no se le asigna un padrino específico. Cada miembro puede abordar el apadrinamiento de una forma que se adapte a su experiencia, sus necesidades y su personalidad individuales. El apadrinamiento es una decisión conjunta entre usted, el padrino y el Señor.

Encontrar a alguien para que sea su padrino podría parecerle abrumador, pero otras personas pueden ayudarlo. La mejor manera de encontrar un padrino es asistir a las reuniones de recuperación. Las personas con los mismos desafíos suelen tener una mayor capacidad para sentir empatía por las dificultades suyas. Las ideas siguientes pueden serle de utilidad al decidir quién podría ser un padrino apropiado:

1. Procure la guía espiritual del Padre Celestial, mediante la oración y el ayuno, acerca de quién podría ser su padrino.

2. Considere escoger a alguien que haya dedicado un tiempo considerable al proceso de recuperación y que haya trabajado con los doce pasos.

3. Escuche cuando las personas compartan sus experiencias en las reuniones de recuperación y considere con quién podría conectarse.

4. Los líderes de grupo y los facilitadores pueden presentarle candidatos apropiados y dispuestos.

5. Pídaselo a alguien que usted considere que está capacitado.

6. Debe elegir un padrino de su mismo sexo (si no son parientes).

7. Al comenzar el proceso de cambio, tal vez se sienta física, emocional y espiritualmente vulnerable. Procure no desarrollar una relación dependiente con un padrino.

8. Siempre puede pedirle a alguien que sea su padrino provisional y siempre puede cambiar de padrino en cualquier momento.

SER UN PADRINO EFICAZ

Ser un padrino es un gran acto de servicio a medida que comparte su propia experiencia, su fe y la esperanza que ha encontrado al trabajar con los doce pasos de la recuperación y la sanación mediante el Salvador Jesucristo. Los padrinos hacen preguntas que invitan a la reflexión, indican recursos, comparten ayuda práctica sobre cómo trabajar con los pasos y alientan a asistir a las reuniones a las personas a las que apadrinan. Un padrino entiende que los demás podrían desempeñar una función en el proceso de recuperación de una persona y no se sentirá ofendido si aquellos a los que apadrina buscan el apoyo de otros o deciden cambiar de padrino. A continuación se mencionan algunos principios para ser un padrino eficaz:

1. Dé prioridad a Dios por encima de todo. Recuerde constantemente a Dios y ayude a aquellos a los que apadrina a confiar en Él. Asegúrese de no permitir que las personas a las que apadrina se vuelvan demasiado dependientes de usted. Su responsabilidad como padrino es animar a otras personas a acudir al Padre Celestial y al Salvador en busca de guía y poder. Su función consiste en compartir sus experiencias de fe y esperanza para ayudar a la persona a la que apoya a sentirse amada y apoyada por la gracia de Dios.

2. Sea un participante activo en la recuperación. Un padrino debe participar en el programa de recuperación durante un plazo de tiempo considerable antes de apadrinar a alguien (generalmente, doce meses o más) y debe participar activamente en la aplicación y el estudio de los principios de la recuperación. Usted podría sentir más presión en su propia recuperación cuando empiece a apadrinar a otra persona. Asegúrese de no poner en peligro su propia recuperación al apadrinar a otra persona. Un padrino practica el cuidado personal y pide ayuda o apoyo cuando lo necesita.

3. Sea humilde. En la Guía para la recuperación y curación de adicciones se explica: “Al servir a su prójimo conservará su humildad, ya que se mantendrá centrado en los principios y las prácticas del Evangelio que haya aprendido” (pág. 71). Más adelante se indica: “En su nueva vida no hay lugar para el ego ni otro sentimiento de superioridad” (pág. 72). Como padrino, su función es usar sus puntos fuertes para ofrecer apoyo y guía.

4. Respete el albedrío de los demás y ejerza la paciencia. Un apadrinamiento eficaz se lleva a cabo “por persuasión, por longanimidad, benignidad, mansedumbre y por amor sincero; por bondad y por conocimiento puro” (Doctrina y Convenios 121:41–42). Evite dar consejos y no intente solucionar la vida de los demás de ninguna manera. Ayude a los demás a considerar los principios y las prácticas, y luego apóyelos conforme toman sus propias decisiones. Respete su albedrío y tenga esperanza en que el Señor los ayudará si acuden a Él. Puede que la persona a la que esté ayudando aún no esté lista para avanzar. Puede que esa persona repita conductas malsanas o sea lento al adoptar los principios y las prácticas de un cambio sincero. Un padrino debe ser paciente con los demás a medida que recorren su camino hacia la recuperación.

5. Preste servicio desinteresadamente. El servicio abnegado requiere dar sin esperar nada a cambio. Un padrino debe tener una gran capacidad para comprender y debe estar dispuesto a dedicar tiempo y esfuerzo a aquellos a quienes apadrina. Evite procurar alabanzas, admiración, lealtad u otras recompensas emocionales de las personas a las que apadrina.

6. Respete sus compromisos personales. Convertirse en padrino no significa que aquellos a los que apadrina tengan un acceso ilimitado a su tiempo y recursos. Usted puede ser un ejemplo de la importancia de fijar límites saludables al cumplir sus demás compromisos, incluyendo aquellos con su familia, la Iglesia, sus actividades profesionales y su tiempo personal. Recuerde el consejo que se da en Mosíah 4:27: “Y mirad que se hagan todas estas cosas con prudencia y orden; porque no se exige que un hombre corra más aprisa de lo que sus fuerzas le permiten”.

7. Mantenga un espíritu de oración. Cada vez que decida apadrinar a alguien, procure la guía del Señor para saber qué principios o prácticas serán de mayor utilidad para las necesidades actuales de la persona. Ore para considerar cómo puede prestar servicio y esfuércese siempre para ser guiado por el Espíritu Santo.

8. Testifique de la verdad. Puede que se sienta inspirado a compartir experiencias con otras personas para que sepan que se siente identificado con ellas. También puede testificar del Salvador y Su poder para sanar. La verdad de que Dios es un Dios de milagros es fundamental (véase Moroni 7:29). Compartir el testimonio que usted tiene de Su misericordia y Su gracia podría ser uno de los servicios más importantes que puede brindar.

9. Mantenga la confidencialidad. Como padrino, usted tiene la responsabilidad de proteger la privacidad de otras personas. El anonimato y la confidencialidad son principios básicos en el fortalecimiento de su capacidad para apadrinar y ayudar a los demás.